19 octubre, 2012 por gamezsoy
Era de noche y llovía. Ahí fuera no había nada salvo una sirena de la policía. El chico escucha cómo sus padres gritan, está cansado de que las peleas sean la rutina. Pone sus cascos, sube el volumen al máximo. En su cuaderno: dibujos raros, tachones, garabatos… Hoy no habrá cena, ni tele, ni baño. En su tuenti pone «desodio». ¿Debajo? Ningún comentario. «No le importo a nadie. Quisiera morirme, aunque solamente fuera para hacer que sufrieran mis padres». Muy a menudo piensa cosas similares. Esa noche sueña con otra vida en otra parte.Al día siguiente en el insti la historia se repite: en el pasillo una colleja y todos se rien. Los cuatros tontos de siempre le fríen; no son palizas, son risas, burlas, la chaqueta pintada con tiza. «Quisiera ser más fuerte, hacer como en la tele: entrar en el insti armado hasta los dientes». Fantasías con venganzas crueles, con un mundo paralelo en el que todos le temen.
Y es que, los profesores no le entienden. Siempre ha sido invisible, siempre ha sido el Don Nadie, el que pierde, no toma apuntes ya, ni atiende ¿De qué sirve aprobar? Si nadie va a valorar el que te esfuerces. Cada día pasa más tiempo metido en su mente, el mundo de fuera es hostil, la gente le es indiferente. Nadie le quiere, nadie le pregunta cómo se siente, nadie le muestra interés ni hace porque se integre.De vuelta a casa está solo, sus padres trabajan. Hace la comida mientras su cara refleja la nada. La nada que se ha instalado en su alma, porque nada le importa, nada le duele, nada le agrada. Entonces llega la idea, se asoma a la ventana. Piensa que un solo salto podría acabar con la desgana, con los insultos, la indiferencia, las peleas en casa con su insistencia, dibuja una sonrisa y salta…
«La triste historia del vecino de al lado»- El Chojin.